EL DISCURSO - Obama

Violeta Yangüela

El presidente habló. Habló a los musulmanes y al mundo. A pesar del desliz de época, calendario o tiempos de la Inquisición y el Califato de Al Andalus y su tradición de tolerancia, el presidente Barak Hussein Obama comenzó con un preámbulo conmovedor. Como conocedor del Islam en tres continentes, esa experiencia le ha convencido de que la colaboración entre América y el Islam debe basarse en lo que es el Islam, no en lo que no es.

¿Cuál es el que es, cuál es que no es, cuáles son los que son o cuáles son los que no son?

En su discurso se refirió al extremismo violento. El argumento para enfrentarlo es que todas las religiones rechazan el asesinato de hombres, mujeres y niños inocentes y cita la revelación de Alá en el Sagrado Corán de que asesinar a un inocente es como si se hubiera asesinado a toda la humanidad.

Parecería que el presidente Obama, o al que escribió el discurso, al referirse al asesinato de casi 3,000 inocentes en el atentado de septiembre 11, no entiende o no quiso entender la diferencia. Para el Sagrado Corán se trataba de infieles que no de inocentes.

Del tema palestino, dice el presidente Obama que la situación desde hace 60 años del pueblo palestino es intolerable y que Estados Unidos no dará la espalda a la legítima aspiración palestina a un Estado propio. Los hechos históricos demuestran fehacientemente que desde hace 60 años han sido precisamente los palestinos que le han dado la espalda a esa legítima aspiración. La aspiración era otra. La aspiración era sacar a los judíos “del río al mar”.

En su largo discurso, también habló de democracia. Afirma que ninguna nación puede imponer o debe imponer a ninguna, otro sistema de gobierno alguno. Sin embargo, a seguidas declamó una poesía a la democracia y su compromiso con los gobiernos que reflejen la voluntad del pueblo porque los gobiernos que protegen los derechos de los ciudadanos son en última instancia más estables, tienen más éxito y son más seguros. Parecería que los que no son demócratas no entran a formar parte de su compromiso.

¿Derechos humanos? ¿Libertad? ¿Democracia? Para algunos, en el idioma inglés, a eso le llaman freedom. Asunto de semántica.

Esa libertad por supuesto incluye la libertad religiosa porque según el jefe de la Casa Blanca es fundamental para la convivencia de los pueblos. Cuenta Ibn Ishaq que antes de morir, el Profeta Mahoma dejó las instrucciones para no permitir dos religiones en la península de Arabia, cuna del Profeta y el lugar símbolo de la religión islámica. Aún hoy el Islam es la religión oficial. Iglesias de otras religiones no existen.

¿Podrá Obama revertir la voluntad del Profeta?

El tema de la mujer no podía faltar. Dice el presidente que no cree que las mujeres tengan que adoptar las mismas decisiones que los hombres para ser iguales. Es que no es asunto de decisiones, es asunto de revelaciones y el Sagrado Corán se encarga de establecerlo: “los hombres están por encima de las mujeres porque Dios ha favorecido a unos con respecto de otros”. Asunto divino.

Pero, ¿ha dicho algo nuevo el presidente Obama? Es el nuevo comienzo de Obama con sus errores históricos acomodados para la nueva envoltura.

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